Durante el año recién concluido, el gas licuado de petróleo (LP) se convirtió en el nuevo producto estelar para los huachicoleros, pues durante 2022 el robo a empresas a través de ductos a Petróleos Mexicanos (Pemex) se intensificó, así como el sustraído de las pipas y cilindreras directamente en los puntos de despacho o a los trabajadores en carretera.

Al respecto, el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP y Empresas Conexas (Amexgas), Carlos Serrano, estimó que entre 5 y 8 por ciento de la venta ilícita del combustible corresponde a los ductos de Pemex.

A la par, los distribuidores se ven afectados por las cuotas para poder trabajar, pues delincuentes solicitan un pago semanal para dejarlos operar en ciertas zonas. En Veracruz, las de mayor conflicto son las disputadas entre grupos delictivos, en la zona centro, Córdoba y Huatusco. En estos sitios los criminales atentan contra la integridad de repartidores, y aprovechan carreteras alejadas para robar a los trabajadores y tomar sus vehículos; lo mismo ocurre en municipios limítrofes con Oaxaca.

De acuerdo con los medios de comunicación, apenas el jueves 5 de enero se reportó el robo de una pipa en el municipio de Otatitlán, donde se estima el robo a casi 50 vehículos, entre pipas y camiones cilindreros, a diferentes empresas.

Estimó que el mercado negro o ilegal tiene hasta 8 por ciento de las ventas, lo que podría equivaler a 50 mil toneladas mensuales de gas, volumen que representa una pérdida económica millonaria, y que en años pasados ya se calculó en más de 20 mil millones de pesos anuales. En ese sentido, Veracruz continúa estando entre los cuatro estados del país con mayor incidencia de robo de gas LP, luego del Estado de México, Tlaxcala y Puebla.